miércoles, 19 de mayo de 2010

La contaminación de la lluvia

En estos días estoy participando en unas jornadas sobre recuperación de espacios fluviales.
Una de las ideas que más me ha impactado y que me gustaría reflejar es la que encabeza el presente título. Normalmente asociamos las precipitaciones como el momento en que al caer sobre nuestro territorio lo "limpian". Y esto es literalmente así, lo limpia todo la lluvia. El agua que circula por nuestras calles procedente de nuestros cielos, arrastra contaminantes de la atmósfera, partículas en suspensión de la ciudad, restos de materia orgánica de las calles y todo esto se acumula y va a parar a gran velocidad y en enormes cantidades a las estaciones depuradoras de aguas residuales. Y si tenemos EDAR que han mejorado la calidad del agua de nuestros ríos... ¿no tendríamos el problema resuelto?
La respuesta es un rotundo NO. La capacidad de tratamiento de agua de las EDAR puede soportar un ligero incremento, pero no la gran cantidad de agua que va a parar a ellas tras una mínima precipitación. A esto hay que sumarle el hecho del aumento de superficie de nuestro territorio que se esta impermeabilizando lo que imposibilita la filtración natural del agua de lluvia, que circula, a gran velocidad, por nuestras calles, se cuela por la red de alcantarillado y desborda sin remedio las EDAR habidas y por haber.
Paralelamente cabría preguntarse si este hecho esta siendo tenido en cuenta en la planificación y diseño del territorio del futuro. Lamentablemente la respuesta es no; sirvan estas líneas para transmitir, informar y quien sabe si concienciar.